sábado, 19 de enero de 2013

YO QUIERO RECORDARME A MI MISMO





YO QUIERO RECORDARME A MI MISMO:

Cuando ustedes pronuncien estos cuatro términos : "Yo quiero recordarme a mí mismo", quiero que experimenten lo que voy a decir.
Cuando ustedes pronuncien la palabra "yo", tendrán una sensación puramente subjetiva en la cabeza, en el pecho, en la espalda, de acuerdo con el estado en el que estén en ese momento.
No debo pronunciar "yo" sólo mecánicamente, como una palabra, sino que debo sentir su resonancia. Esto significa que al decir "yo", ustedes deben escuchar cuidadosamente la sensación interna y vigilar de manera que jamás pronuncien la palabra "yo" automáticamente, no importa cuan a menudo la digan.
La segunda palabra es "quiero". Tengan sensación con todo su cuerpo de la vibración que ocurre en ustedes.
"Recordarme". En cada hombre, cuando se recuerda, hay un proceso apenas perceptible en medio de su pecho.
"A mí mismo". Cuando digo "mí mismo", quiero decir la totalidad de mí mismo. Por lo general, cuando pronuncio las palabras "mí mismo", habitualmente me estoy refiriendo ya sea al pensamiento, o al sentimiento, o al cuerpo. Ahora debemos tomar en cuenta la totalidad, la atmósfera, el cuerpo y todo lo que pasa dentro de él. Cada uno de los cuatro términos, por sí mismos, tienen su naturaleza y su propio lugar de resonancia.
Si los cuatro términos resonaran todos en un único y mismo lugar, nunca sería posible que los cuatro resonaran con igual intensidad. Nuestros centros son como acumuladores de los que fluye una corriente durante cierto tiempo si se oprime un botón. Luego se detiene y hay que soltar el botón para permitir al acumulador que se recargue de electricidad.
Pero en nuestros centros el gasto de energía es todavía más rápido que en un acumulador. Para que nuestros centros, que producen una resonancia cuando pronunciamos cada una de las cuatro palabras, sean capaces de responder, hay que darles reposo por turnos. Cada timbre posee su propia batería. Mientras digo: "yo" un timbre responde; "quiero" otro timbre; "recordarme" un tercer timbre; "a mí mismo" el timbre general.
Hace algún tiempo se dijo que cada centro tiene su propio acumulador. Al mismo tiempo, nuestra máquina tiene un acumulador general, independiente de los acumuladores que pertenecen a los centros. Se genera energía en este acumulador general solamente cuando todos los acumuladores trabajan uno después de otro en combinación determinada. Por este medio se carga el acumulador general. En este caso, el acumulador general se vuelve un acumulador en todo el sentido de la palabra, ya que la energía de reserva es acumulada y almacenada allí durante los momentos en que cierta energía no está gastada.

Una característica común a todos nosotros consiste en que los acumuladores de nuestros centros se vuelven a llenar de energía sólo en la medida en que ésta es consumida, de manera que ninguna energía permanece en ellos más allá de la cantidad gastada. El prolongar la memoria del recuerdo de sí es posible al hacer que la energía almacenada en nosotros dure más, si es que somos capaces de fabricar una reserva de esta energía.