jueves, 12 de abril de 2012

LA CONCIENCIA Un experimento

El hecho es que la conciencia tiene grados bastante visibles y observables, por cierto visibles y observables para cada uno en sí mismo. Primero está la duración: ¿cuánto tiempo ha estado uno consciente? Segundo, la frecuencia de aparición: ¿cuántas veces se ha llegado a ser consciente? Tercero, la extensión y la penetración: ¿de qué era uno consciente?, lo cual puede variar muchísimo con el crecimiento del hombre. Si tomamos sólo los dos primeros, podremos comprender la idea de la posible evolución de la conciencia. Esta idea está ligada con un hecho muy importante y muy conocido por las antiguas escuelas psicológicas, como por ejemplo la de los autores de la Philokalia, pero completamente ignorado por la filosofía y la psicología europeas de los dos o tres últimos siglos. O sea que la conciencia se puede hacer continua y controlable por medio de esfuerzos especiales y de estudios especiales. Trataré de explicar cómo se puede estudiar la conciencia. Tomen un reloj y miren el segundero, tratando de darse cuenta de sí mismos, y concentrándose en el pensamiento "Yo soy Pedro Ouspensky" "Estoy ahora aquí". Traten de no pensar en nada más, simplemente siguiendo el movimiento del segundero y dándose cuenta de sí mismo s, de su nombre, de su existencia, y del lugar en que están. Mantengan apartado todo otro pensamiento.
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Si son persistentes, podrán hacer esto por dos minutos. Este es el límite de su conciencia. Y si tratan de repetir el experimento inmediatamente después, lo encontrarán más difícil que la primera vez. Este experimento demuestra que un hombre, en su estado natural, puede con gran esfuerzo ser consciente de una cosa (él mismo) por dos minutos o menos. La deducción más importante que uno puede hacer después de realizar este experimento en la forma debida, es que el hombre no es consciente de sí mismo. La ilusión de estar consciente de sí mismo es creada por la memoria y por los procesos del pensamiento. Por ejemplo, un hombre va al teatro. Si está acostumbrado no tiene especialmente conciencia de estar allí mientras lo está. Sin embargo, puede ver y observar cosas, el espectáculo puede gustarle o no, recordarlo, acordarse de la gente que encontró, y así sucesivamente. Cuando regresa a su casa recuerda que estuvo en el teatro, y por supuesto cree que estuvo consciente mientras se hallaba en él. De esta manera no tiene dudas sobre su conciencia y no se da cuenta de que su conciencia puede estar completamente ausente mientras él puede actuar razonablemente, pensar, observar. Para una descripción general, el hombre tiene posibilidad de cuatro estados de conciencia. Estos son: el sueño, el estado de vigilia, la conciencia de sí, y la conciencia objetiva. Pero aunque tiene la posibilidad de estos cuatro estados de conciencia, el hombre de hecho no vive sino en dos: una parte de su vida la pasa en el sueño y la otra en lo que es llamado "estado de vigilia", aunque en realidad su estado de vigilia difiere muy poco del sueño. En la vida ordinaria, el hombre no sabe nada de la "conciencia objetiva" y no es posible ningún experimento en esta dirección. El hombre se atribuye el tercer estado, o "conciencia de sí"; esto es, cree poseerlo, aunque en realidad sólo puede ser consciente de sí por muy raros chispazos y aún entonces es probable que no lo reconozca, porque no sabe lo que ello implicaría si en realidad lo poseyera. Estos vislumbres de conciencia vienen en momentos excepcionales, en estados altamente emocionales, en momentos de peligro, en circunstancias y situaciones muy nuevas e inesperadas; o algunas veces en momentos completamente ordi narios cuando no ocurre nada en particular. Pero en su estado ordinario o "normal", el hombre carece de todo control sobre ellos. En cuanto a nuestra memoria ordinaria, o a momentos de memoria, en realidad sólo recorda mos momentos de conciencia, aun cuando no nos demos cuenta de que esto sea así. Explicaré más adelante lo que significa la memoria en un sentido técnico, así como las dife rentes clases de memoria que poseemos. Por ahora sólo quiero atraer su atención a la propia observación de su memoria. Notarán que recuerdan las cosas de manera diferente. Algunas cosas las recuerdan muy vívidamente, algunas muy vagamente, y otras no las recuerdan en absoluto. Solamente saben que sucedieron. Se sorprenderán mucho cuando se den cuenta de qué poco es lo que recuerdan en realidad. Y esto sucede así, porque ustedes recuerdan sólo los momentos en que estuvieron conscientes. De manera que, con referencia al tercer estado de conciencia, podemos decir que el hombre tiene momentos ocasionales de conciencia de sí, que dejan recuerdos vívidos de las circunstancias en que se produjeron, pero no tiene dominio sobre ellos. Vienen y se van por sí mismos, estando controlados por circunstancias exteriores y asociaciones ocasionales o recuerdos de emociones. Surge la pregunta: ¿Es posible adquirir el control sobre estos momentos fugaces de conciencia, el evocarlos más a menudo, y el mantenerlos por más tiempo, o aun el hacerlos permanentes? En otras palabras, ¿es posible llegara ser conscientes? Este es el punto más importante, y desde el mismo comienzo de nuestro estudio debemos comprender que este punto, hasta en teoría, ha sido totalmente olvidado por todas las escuelas modernas de psicología sin excepción. Porque con los métodos adecuados y los esfuerzos apropiados el hombre puede adquirir el control de la conciencia, y puede llegar a ser consciente de sí mismo, con todo lo que esto implica. Y lo que esto implica, en nuestro estado actual, no nos lo podemos ni siquiera imaginar. Sólo después de que se haya comprendido este punto, puede llegar a ser posible un estudio serio de la psicología. Este estudio debe comenzar con la investigación de los obstáculos a la conciencia en nosotros mismos, porque la conciencia sólo puede comenzar a crecer cuando por lo menos algunos de los obstáculos son extirpados. En las conferencias siguientes, hablaré sobre estos obstáculos. El mayor de ellos es nuestra ignorancia de nosotros mismos, y nuestra equivocada convicción de que nos conocemos a nosotros mismos, al menos hasta cierto punto y de que podemos estar seguros de nosotros mismos, cuando en realidad no nos conocemos en lo absoluto ni podemos estar seguros de nosotros mismos ni siquiera en las cosas más pequeñas.


jueves, 5 de abril de 2012

EL JUEVES SANTO




El Jueves Santo

Es el relato de la previa al desenlace de los hechos: la pasión de Cristo

En el Jueves Santo tenemos un problema para delimitar donde empieza y qué se celebra exactamente, contamos con  el Jueves Santo de los  tres evangelistas Mateo Marcos y Lucas o el jueves Santo de Juan.
En el caso de Juan  comienza con El Lavado de los pies. Juan 13 1-20 y esto solo se menciona en este evangelio,  en cambio con los otros evangelistas en el jueves santo desarrollan estos temas que también mencióna Juan:
-  Jesús es ungido  Mateo 26 6-13, Juan 12 1-8
-  Anuncio traición de Judas Mateo 26 14-16 / 20-25,  Juan 13 -21-39,  Lucas 22 14-21, Marcos 14 1-2 y 14 10-11
-  Anuncio de las negaciones de Pedro Mateo 26, 30-35, Lucas 22  19-20,  Juan 13 36-38, Marcos 14 26-31.
-  La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Juan, Lucas, Mateo, Marcos.
-  Arresto de Jesús Mateo 26 47-56, Marcos 14 43-52,  Juan 18  2-11, Lucas 22 47-52.
Pero la Comida de Pascuas el Evangelio  de Juan no la trata--  La Última Cena. y/o  la institución de la Eucaristía sólo la tratan Mateo 26 26-29, Lucas 22 17-20, Marcos 14 22- 25.

Jesús es ungido en Betania: una mujer se le acerca con un precioso perfume, nardo puro, y rompiendo el frasco lo derrama en la cabeza de Jesús. Los que estaban allí se indignaron y comentaban entre si, que derroche de dinero, a lo que Jesús dijo: déjenla ella ha hecho una buena acción, ella ha ungido mi cuerpo anticipadamente para la sepultura. Esta acción será proclamada en todo el mundo en su memoria. Mateo 14, 3-9
Anuncio traición de Judas: Faltan dos días y hay conspiración para atrapar a Jesús, pero no lo querían hacer en las Pascuas, judas fue  ver a los sacerdotes del Sanedrín. Jesús anuncia en la cena uno de ellos los entregará: uno que come conmigo. Marco14, 10-11
La  institución de la Eucaristía:
14  22Jesús tomó el pan y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, esto es mi cuerpo. Después tomó una copa dio gracias y se la entregó y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de los Cielos. Marco 14, 22-25

El lavado de los pies, en el Evangelio de Juan
13 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
- Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?.
Jesús le replicó:
- Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.
Pedro le dijo:
- No me lavarás los pies jamás.
Jesús le contestó:
- Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dijo:
- Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
- No todos estáis limpios.
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
-  ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.
Juan 13, 1-

domingo, 1 de abril de 2012

LOS CENTROS: LA PARTE FORMATORIA:





Esta orientación empieza con el estudio de Los Centros.
Bibliografía: Fragmentos de una enseñanza desconocida, El Cuarto Camino, Psicología de la Posible Evolución  del Hombre que con tanto amor al conocimiento (parte emocional del centro intelectual) y a su maestro,  P. D. Ouspensky transcribe literalmente las ideas de Gurdjieff.
Qué nuevo es mirar esta enseñanza a la luz del Amor,  un vehículo de tercera fuerza.




LA PARTE FORMATORIA:

En ella están incluidos todos los procesos mentales: la percepción de impresiones, la formación de representaciones y de conceptos, etiquetar,  el raciocinio, la comparación, la afirmación, la negación, la formación de palabras, la facultad de hablar, la imaginación de la loca de la casa, y así sucesivamente.

La parte mecánica del centro intelectual tiene un nombre especial. Esta parte tiene nombre propio. A veces se la menciona como centro separado, y en ese caso se lo llama centro formativo o aparato formativo o se llama "aparato formatorio" o algunas veces "centro formatorio", según la traducción. También se le llama secretaria.
La mayoría de las personas usa sólo esta parte; nunca usa las partes mejores del centro
intelectual. Pero las ideas del Cuarto Camino o las ideas similares no pueden entenderse mediante
el aparato formativo.

Polaridad:
El aparato formatorio tiene limitaciones muy claras.
Una de sus peculiaridades es que compara sólo dos cosas, como si en cualquier línea particular existiesen sólo dos cosas. Por tanto, el centro formativo gusta pensar en los extremos; por ejemplo, lo sabe todo o no sabe nada. Otra de sus peculiaridades es buscar inmediatamente lo opuesto.
Usted puede descubrir muchos ejemplos de pensamiento formativo.

La división de un centro en tres partes es muy simple. Una parte mecánica trabaja casi automáticamente; no requiere ninguna atención. Pero debido a esto no se puede adaptar a un cambio de circunstancias, no puede "pensar", y continúa trabajando de la manera en que comenzó, aun cuando las circunstancias hayan cambiado completamente.

Registro de datos:
En el centro intelectual, la parte mecánica incluye en sí misma todo el registro de impresiones, recuerdos y asociaciones. Esto es todo lo que debería hacer normalmente, es decir, cuando otras partes hacen su trabajo. Si el centro intelectual trabaja normalmente, es decir, si las otras partes realizan su trabajo, el centro formativo trabaja absolutamente muy bien. Es un aparato registrador. Pero nunca debería contestar a las preguntas dirigidas a todo el centro, nunca debería tratar de resolver sus problemas, y nunca debería decidir nada.

Sólo el trabajo  equivocado
Sólo nos concierne su trabajo equivocado. Esto no se refiere solamente al aparato formativo sino
también a todas las partes mecánicas de los centros. Sólo cuando empezamos a trabajar
equivocadamente, ellos se vuelven peligrosos. De modo que no hay necesidad de preocuparse
por su trabajo correcto; lo que usted debe tratar deshacer es eliminar su trabajo equivocado.
Desgraciadamente, de hecho, siempre está lista para decidir y siempre contesta a las preguntas de toda clase, de manera muy estrecha y limitada, con frases hechas, en jerga, con lemas políticos.
Todos estos y muchos otros elementos de nuestras reacciones habituales forman el trabajo de la parte mecánica del centro intelectual.

La parte mecánica del centro emocional quiere realizar el trabajo de la parte superior, y lo
mismo ocurre con el centro formativo: quiere realizar el trabajo del centro intelectual, y como
resultado, la parte motora del centro incluye toda la vida intelectual de una persona corriente.
La mitad negativa del centro instintivo es un guardián que nos previene del peligro. En el centro emocional, las emociones negativas son muy dañinas.
Luego, cada mitad de un centro se divide en tres partes: la parte intelectual, la parte
emocional, y la parte motora o mecánica. La parte motora de cada centro es la más mecánica
y la que más a menudo se usa. Por lo general, usamos sólo las partes mecánicas de los centros.
Incluso las partes emocionales se usan sólo ocasionalmente; en cuanto a las partes intelectuales,
en condiciones corrientes, se las usa muy raras veces. Esto demuestra cómo nos
limitamos, cómo usamos sólo una parte, la parte más débil, de nuestro organismo.
Es facilísimo distinguir estas tres partes cuando empezamos a observarnos. Las partes
mecánicas no necesitan atención. Las partes emocionales necesitan fuerte interés o
identificación, atención sin esfuerzo o intención, pues la atención es atraída y mantenida por
la atracción del objeto mismo. Y, en las partes intelectuales, usted tiene que controlar su
atención.
Cuando se acostumbre a controlar la atención, usted verá de inmediato lo que quiero decir.
Primero, el carácter de la acción le mostrará en qué centro está usted, y, luego, la observación
de la atención le mostrará la parte del centro.

Ejercicios: Tener en cuenta que el trabajo interno es ver el funcionamiento de los centros en uno mismo observándose, no acumular saber intelectual.
Anotar en un cuaderno, un poquito todos los días.