domingo, 11 de diciembre de 2011

LA ÚLTIMA CENA

La última Cena Dalí



LA ÚLTIMA CENA



—Es posible un lenguaje universal, dijo Gurdjieff, pero la gente no lo inventará jamás.
—¿Por qué? se le preguntó. —Primero, porque ya ha sido inventado desde hace mucho tiempo, respondió G. Luego, porque la capacidad de comprender y de expresar ideas en este lenguaje depende no sólo del conocimiento de este lenguaje, sino también del ser. Diré aún más. No hay uno, sino tres lenguajes universales. El primero, lo podemos hablar y escribir permaneciendo a la vez dentro de los limites de nuestro propio lenguaje. La única diferencia está en que los hombres, cuando hablan su lenguaje ordinario, no se comprenden entre ellos, pero en este otro lenguaje sí se comprenden. En el segundo lenguaje, el lenguaje escrito es el mismo para todos los pueblos; observen, por ejemplo, las cifras y las fórmulas matemáticas; los hombres siguen hablando su propio lenguaje, no obstante cada uno comprende al otro, aunque el otro hable un lenguaje desconocido. El tercer lenguaje, escrito o hablado, es el mismo para todos. En este nivel, la diferencia de lenguajes desaparece enteramente...
—¿No es esto lo mismo que ha sido descrito en los Hechos como el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, cuando comenzaron a comprender todos los lenguajes? Preguntó alguien.
Ya había notado que tales preguntas siempre irritaban a G.
—Yo no sé, no estuve allí, dijo.
Pero en otras ocasiones, alguna pregunta oportuna conducía a explicaciones nuevas e
inesperadas. Durante una conversación, se le preguntó si había cualquier cosa que fuese real, o que permitiese alcanzar algo real en las enseñanzas y ritos de las religiones existentes.
—Sí y no, dijo G. Imaginen que estemos aquí un día hablando de religiones y que la sirvienta
Masha oiga nuestra conversación. Naturalmente la comprenderá a su manera, y repetirá a Iván el conserje lo que recuerde; Iván lo comprenderá también a su manera, y repetirá lo que recuerde a Pedro, el cochero de la casa contigua. Pedro se va al campo, y cuenta en el pueblo lo que hablan estos señores de la ciudad. ¿Piensan ustedes que lo que cuente conservará alguna semejanza con lo que hemos dicho? Tal es precisamente la relación entre las religiones existentes y lo que fue en su origen. Tenemos las enseñanzas, las tradiciones, las oraciones y los ritos, no de quinta mano, sino de vigésimo quinta, y naturalmente casi todo ha sido desfigurado hasta el punto de llegar a ser irreconocible; lo esencial se ha perdido hace mucho tiempo.
"Por ejemplo, en todas las confesiones cristianas, la tradición de la Última Cena, la última comida de Cristo con sus discípulos, desempeña un papel importante. Las liturgias y toda una serie de dogmas, de ritos y de sacramentos tienen aquí su origen. Esta tradición ha dado lugar a cismas, a separaciones de Iglesias, a la formación de sectas. Cuántos han perecido por haber rehusado aceptar tal o cual interpretación. Pero es un hecho que nadie comprende verdaderamente lo que Cristo hizo con sus discípulos en aquella velada. No hay explicación que se parezca, aun aproximadamente, a la verdad; primero porque el texto mismo de los Evangelios ha sido muy desfigurado por los copistas y los traductores; luego porque habían sido escritos para los que saben.

El Nuevo Testamento: Anuncio de la traición de Judas (Mateo,20-25) A la tarde estaba a la mesa con los Doce, y mientras comían, Jesús les dijo: Les  aseguro que uno de ustedes me entregará. Profundamente apenados, ellos empezaron uno por uno ¿Seré Yo Señor? El respondió El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me entregará. El hijo del Hombre se va, como está escritode él, pero ay! de aquel por quien el hijo será entregado, Seré YoMaestro? Preguntó Judas, Tu lo dijiste, le respondió Jesús. La institución de la Eucaristía (Mateo, 26-29)Mientras comían Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: tomad y comed este es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó diciendo: Beban todos de ella, porque  ésta es mi Sangre, la sangre de la Alianza que será derramada por muchos, para la remisión de los pecados. Les aseguro que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de los Cielos. 

 Y estas cosas fueron encontradas en Codex Askew yBerlín, manuscritos coptos:

(23) Y Jesús contestó, diciendo a Felipe y a todos  sus discípulos:

Yo he alteradosus sendas por la salvación de todas las almas, si yo no hubiera alterado sus sendas, una miríada de almas hubiera sido destruidas y habrían languidecido por mucho tiempo…
Pistis Sophía
 LibroUno Introducción

Para los que no saben, los Evangelios no pueden explicar nada. Mientras más se esfuerzan por comprenderlos, tanto más se hunden en el error.
"Para comprender lo que sucedió durante la Cena, es indispensable conocer primero ciertas leyes. "¿Se acuerdan ustedes de lo que dije sobre el cuerpo astral?  Resumámoslo brevemente. Los hombres que tienen un «cuerpo astral» pueden comunicarse entre sí, a distancia, sin recurrir a medios físicos. Pero para que tales comunicaciones lleguen a ser posibles, aquéllos deben establecer algún «lazo» entre sí. Con este propósito, si se separan, los que se alejan llevan consigo a veces un objeto perteneciente a la persona con la cual desean permanecer en relación, preferiblemente un objeto que haya estado en contacto con su cuerpo de modo que haya podido ser penetrado por sus emanaciones. De la misma manera, para mantener una relación con una persona muerta, sus amigos tienen la costumbre de conservar objetos que le han pertenecido. Estos dejan en cierta forma, un rastro detrás de ellos, algo como hilos o filamentos invisibles, que permanecen tendidos en el espacio. Estos hilos ligan el objeto dado a la persona — viva o muerta — a la que pertenecía este objeto. Los hombres tienen este conocimiento desde los tiempos más remotos, y se han servido de él en las formas más variadas.
"Pueden reconocerse sus rastros en las costumbres de muchos pueblos. Ustedes saben por ejemplo que muchos de ellos practican el rito de la hermandad de sangre. Dos o más hombres mezclan su sangre en la misma copa y beben de esta copa. Luego son considerados como hermanos de sangre. Pero el origen de esta costumbre debe buscarse en un plano más profundo. Primitivamente, se trataba de una ceremonia mágica para establecer un lazo entre «cuerpos astrales». La sangre tiene cualidades especiales. Algunos pueblos, por ejemplo los Judíos, atribuyen a la sangre un significado particular y propiedades mágicas. Ustedes comprenden ahora, que según las creencias de ciertos pueblos, si se establece un lazo entre «cuerpos astrales» la muerte no lo quebranta.
"Cristo sabía que tenía que morir. Esto había sido decidido de antemano. Él lo sabía y sus discípulos lo sabían también. Y cada uno de ellos conocía el papel que tenía que desempeñar.
Pero al mismo tiempo, querían establecer un lazo permanente con su Maestro. Con este fin, Cristo les dio su sangre a beber, y su carne a comer. De ninguna manera era pan ni vino, sino su verdadera carne y su verdadera sangre.
"La Última Cena fue un rito mágico, análogo a una «hermandad de sangre» para establecer un lazo entre «cuerpos astrales». Pero ¿dónde está quien aún pueda encontrar en las religiones actuales, el rastro de esto y comprender su sentido? Hace mucho tiempo que todo ha sido olvidado y que se ha substituido el sentido original con interpretaciones enteramente diferentes. Las palabras permanecen, pero su significación se ha perdido desde hace siglos."
Esta conversación, y sobre todo su final, provocaron muchas conversaciones en nuestros
grupos. Muchos se sentían repelidos por lo que G. había dicho sobre Cristo y sobre la Cena; otros por el contrario, sentían en esto una verdad que nunca hubiesen podido alcanzar por sí.




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