viernes, 25 de septiembre de 2009

LA CONCIENCIA


EL TIEMPO VIVO



CAPÍTULO II
LA CALIDAD DE LA CONCIENCIA



Poca duda cabe que damos por supuesta nuestra conciencia, del mismo modo que damos por
supuesto el mundo. Nos parece que nuestra conciencia es algo final, terminante, que es la
única clase de conciencia que nos es dable conocer. Podemos dudar de nuestra memoria, aun
de nuestra facultad de pensar, y, algunas veces, hasta de nuestros .sentimientos; pero rara vez
se nos ocurrirá dudar de nuestra conciencia. No podríamos considerarla como algo que hace
nuestra vida sea lo que es. Por ejemplo, el mero hecho de que nuestra experiencia siempre
parezca estar dividida en opuestos, en blanco y negro, en si o no, en contradicciones, no lo
atribuiremos a la naturaleza de nuestra conciencia (o a la clase de mente que tenemos y que es
un resultado directo de nuestro grado de conciencia), sino a algo inherente a las cosas
externas.
Mediante algunas experiencias y experimentos hechos sobre sí, William James llegó a la
conclusión de que 'nuestra conciencia vigílica normal, nuestra conciencia racional, es
solamente un tipo de conciencia, en tanto que en tomo de ella, separadas por los velos más
tenues, hay formas potenciales de conciencia completamente distintas.
Al convencerse de que existen otros estados de conciencia mediante los cuales
experimentamos las cosas de un modo completamente nuevo, y a través de los mismos
encaramos la vida de una manera distinta, se dio cuenta de que no puede uno aceptar ninguna
versión del universo como algo final o terminante si se ignoran estas otras formas de
conciencia. Tampoco puede ser terminante cualquier opinión que tengamos acerca de
nosotros mismos, si aceptamos como final nuestro actual estado de conciencia.
Por lo general, la conciencia se define como conocimiento, o darse cuenta; pero ésta
definición es inferior a lo que la palabra implica en si misma. Literalmente, conciencia
significa 'conocerlo todo junto'. Por lo tanto, el desarrollo de la conciencia significaría un
conocimiento de 'más, junto' y así produciría una nueva relación con todo lo anteriormente
conocido. Pues el saber más, siempre significa ver las cosas diferentemente.
Pero aun tomando el significado de 'conciencia' como únicamente 'conocimiento', no
podríamos imaginar que trate de todo el conocimiento posible. Tiene que ser un grado de
conocimiento por medio del cual nos relacionamos, de un modo particular, con aquello que
conocemos.
Nuestra conciencia ordinaria nos relaciona con nosotros mismos y con las cosas. La calidad
de nuestra conciencia cambia durante el sueño. Nos procura una clase de conocimiento y de
relación. Al despertar, el grado de conocimiento y la forma de relación cambian. Pero aun
cuando admitimos la verdad de esto, no pensamos que hay aún otros grados de conciencia que
nos son posibles, y que nos procuran otros grados de conocimiento y de relación. Ni nos
damos cuenta de que muchas de nuestras dificultades insolubles necesariamente existen
debido a la clase de conciencia que naturalmente poseemos, y que un nuevo grado de
conciencia haría que nuestro conocimiento de estas dificultades desapareciera, o bien
produciría una nueva relación hacia ellas.
A veces se compara la conciencia con la luz. El acrecentamiento (cuantitativo) de la conciencia se lecompara con el acercamiento de la luz. Pero ya veremos como un acrecentamiento de la
conciencia no significa solamente poder ver con mayor claridad lo que antes nos parecía
turbio u oscuro. La calidad cambia. Mientras dura la experiencia el hombre cambia en sí. No
se trata de que aumente la cantidad de conciencia, sino su naturaleza misma.


MAURICE NICOLL
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